lunes, 3 de octubre de 2011

Aprendiendo a vivir...

A veces me pregunto dónde está la frontera que separa lo bueno de lo malo, quien es el que juzga nuestros actos y si realmente somos juzgados.

Nos pasamos la vida… viviendo. Cada uno, de la mejor manera posible. Unos son más egocentristas, más egoístas, más y más… en definitiva… menos personas.
Otros, intentan ser justos, buenos, colaboradores, trabajadores…. En fin, humanos.
Al final, todos pasamos por el mismo trance. Al final, todos somos medidos con el mismo rasero. Unos antes, otros después. Unos se van de una forma más traumática y otros logran despedirse como angelitos, y casi sin que nos demos cuenta.
Con ésto quiero decir que todos deseamos que nuestra partida sea lo menos traumática posible, que no duela (ni a nosotros ni a nuestros seres más queridos), entendiendo que, si hemos “sido buenos”, nos iremos de mejor forma. Pero no siempre es así (o casi nunca), debe ser que Dios quiere a los buenos consigo y se los lleva siempre antes de lo que esperamos, o eso, o que, naturalmente, nunca queremos separarnos de quien realmente estamos atados.

Por otra parte, y volviendo a la idea de juzgar, tal y como dice la canción…”yo seré consejo, nena, pero no tu juez…”, no creo que debamos ser jueces de nadie, tan sólo testigos. Tampoco creo que exista un ente divino que nos juzgue, pues no sería justo. Más bien creo que el rasero lo ponemos nosotros mismos, y cuando una persona se va, debería poder ver, o sentir todo el amor que deja. Entonces se sentiría muy a gusto y partiría satisfecho de haber llegado al corazón de sus seres más allegados.

Me considero una persona creyente, por eso confío en que mis seres queridos partan sabiendo lo qué dejan. Sabiendo que han calado hondo en nuestros corazones y que el amor que repartieron en vida no se morirá con ellos sino que permanecerá en nuestros corazones por siempre y hasta que “nos volvamos a ver”. Eso espero.

Es muy fácil recibir y dar la bienvenida al que nace (todo es alegría y felicidad), sin embargo, no nos enseñan a despedirnos de los nuestros. Supongo que el Señor nos regala toda una vida para aprenderlo y no nos damos cuenta de ello. Por eso pido, ruego, que, cuando llegue el momento (mientras también), el Señor me guie y ayude a afrontar ese paso. Que me consuela cuando no exista consuelo posible y que ponga tiritas en mi corazón cuando vea que sangra mucho. Que sea lo que Dios quiera (porque el Jefe es sabio y no hace las cosas en balde). Yo me conformaré con que se haga su voluntad y asumiré lo que me tenga preparado (esto lo digo con la boquita pequeña, porque ahora mismo siento algo de rabia, pienso que es injusto lo que está pasando y que el Señor no debería de permitir tantos horrores… pero en fin, esta sensación es un paso más en este camino).
Estoy aprendiendo a vivir... y no veais la de cosas que el Señor me está enseñando!!.

Aaaayyyy (suspiro)… jajajajaja, después de esta “ida de olla” y del “peazo rollo” que os acabo de soltar, os deseo una feliz semana a todos!!. Por cierto, os dejo con uno de los mejores anuncios que he visto. Disfrutadlo.

10 comentarios:

  1. Dios escribe recto con renglones torcidos. La justicia como nosotros la entendemos, seguramente se rige por parámetros que para Él no tengan mucho sentido. Bueno, si sobrevivimos, no está nada mal. Feliz lunes

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  2. Me identifico mucho con lo que escribes. Nadie nos enseña a despedirnos de nuestros seres queridos. Es algo que hay que pasar sin instrucciones. Un beso.

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  3. Ufff, cómo te entiendo!
    Lo que daría por haber nacido en uno de esos países lejanos en los que la muerte se celebra casi tanto como la vida...
    Ánimo.
    Y reza.

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  4. Pesoleta... eso... sobrevivimos, no nos queda otra. Y menos mal!!!

    Susana... no, no nos enseñan, o por lo menos en mi manual de instrucciones faltaba ese "detallito".

    Más que Madre!!!!.... bueeeno, perdón, MadreYMás, qué alegría verte (leerte) por estes lares!. Ahora yo tb te entiendo a tí. Yo casi que paso de vivir en uno de esos países, que seguro que comen cosas asquerosas o tienen manías raritas... deja, deja. Gracias por los ánimos. Los blogs son una buena terapia.

    Biquiños

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  5. Pues yo sí creo que seremos juzgados, pero cada uno de nosotros según nuestras circunstancias. La justicia no es tratar a todos por igual, sino tratar desigual a los desiguales (o algo así)

    Y sí, es verdad que debemos aprender a "despedirnos" bien. Al menos los que creemos en que hay algo más, deberíamos "alegrarnos" con la muerte de un ser querido. Ya me entiendes.

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  6. q temita has sacado hoy... yo no he aprendido a vivir sin algunas personas... sueño casi todas las noches con ella y cuando me despierto: es verdad o lo he soñado?? no quiero saber la respuesta... aixxx aixxx, será ley de vida... las cosas son así... y todo lo q mas se diga... pero hay veces que no es justo... o si? mi lema es que ella me ve desde donde ésta, y si yo estoy contenta, ella estará contenta por verme bien... me lo dijo una amiga desde el primer momento q pase este trago y parece q me ayuda, q me hace sentirme mas "conforme", ánimo, se supone q con el tiempo se supera todo, y yo pienso q pasa el tiempo y q esa "personita" no vuelve... saludos

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  7. Leles: qué dura es la vida...

    Yo siempre me levanto empeñada en ser feliz, pase lo que pase, y disfrutar cada minuto del día. No sé qué haré mañana, ni cómo terminaré el día, pero mi empeño es ese.

    Lo malo es que en situaciones así, ya no sabes ni dónde has dejado el empeño.

    Sólo te mando mucha fuerza para que puedas llevarlo lo mejor posible. Sé que eres un pilar fundamental y que en tí se apoyan muchos en tu casa para tirar para adelante.
    Así que si necesitas un cafelito de amigas, solas, para charlar: ya sabes dónde estoy.

    El anuncio que has puesto se emitió por primera vez el día antes de nacer mi hija. Así que en la tele del hospital lo ví, emocionadísima, con ella en brazos.
    Cada vez que lo veo, vuelvo a sentir las mismas emociones.

    Un abrazo desde el Pereiro.

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  8. Me pasa mucho y me pasa siempre.
    Resulta que en los momentos más complicados de mi vida, suelen aparecer los consejos de la gente que he querido y que ya se ha ido de este mundo.

    Y entonces me pregunto si realmente se han ido o siguen viviendo en mí.
    Y luego siento que viven en mí, cuando siento su presencia y su consejo en los momentos complicados.
    Y luego me doy cuenta que están con vida, cuando yo reacciono y hago algo que por mí mismo no haría, pero sí cuando su recuerdo a su presencia me empujan.

    Y entonces me da por pensar que el espíritu pasa de generación en generación.

    Y es cuando dejo de llorar por los que se han ido, y me concentro en enseñar a los que acaban de llegar.

    Y cuando pienso en este ciclo, y me siento parte de él, y siento que es común a toda la población, a todas las razas y a todas las épocas.

    Entonces se me quita, un poco...

    La cara de patata de adulto.

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  9. Paterfamilias... eso mismo es lo que yo quisiera pensar (en lo referente a la justicia). Yo confío (tengo Fe) de que haya algo más. Es el consuelo que nos queda a los católicos.

    Moschino... veo que el tiempo cura cicatrices muy lentamente. Será lo que dice Driver, que el espíritu permanece generación tras generación. Piensa que esos sueños son reales, porque lo son. Siento tu pérdida, aunque veo que sólo se fue su cuerpo, porque su alma sigue en ti.

    Silvia... me encantaría un café contigo, dime día y hora y allí me planto. Tengo todas las tardes a tu disposición y mucho que poner al día...jejjejeje. Me gusta ese empeño que tienes, y se nota, sí que se nota.

    Driver... tus palabras son sabias, sabias, sabias... yo espero que siga su esencia entre nosotros (estoy segura de ello), porque él es pura energía y ganas de vivir, siempre regalándonos sonrisas y cariño. Sé que seguirá aquí.

    Gracias a todos de todo corazón

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  10. ...desde luego esos chicos de Coca Cola, saben poner los "biquiños de la vida" en un refresco, y tú amiga Leles, tienes "muy buena chispa"

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