sábado, 5 de noviembre de 2011

Soltando lastre... (editado)

Este último mes no está siendo nada fácil. Los días pasan y con ellos se van sus alientos. Pedacitos de vida se están esfumando por todas partes y con ellos, parte de nuestra alegría.
No sólo mi abuelo está malito. La abuela Inés (abuela de mi sufridor marido) está muy grave, aunque vive gracias a las máquinas a las que está conectada. Parece cierto esto de que las desgracias nunca vienen solas...

Ahora me queda rezar. Suplicar a mi Dios. Ése que cura mi dolor de pecho. El mismo que deshace los nudos perpetuos de garganta. El que me está dando fuerzas para salir a trabajar todas las mañanas y el que pone en mi rostro una sonrisa que disimula mis ojeras y mi dolor de corazón.

Me miro al espejo y veo en mis ojos el reflejo de mi alma. Veo unos ojos cansados, apagados, heridos y preocupados. Después te miro a tí, y no sé  qué hacer para curar tu pena.

Amor, su vela se está apagando. El cielo se empeña en que tengamos nuestros ángeles en lo más alto, y les va colocando sus alas.
Amor, es inevitable, ya, su muerte. No se puede hacer más, y ella, pobre, ya no puede más. Son muchos años. Un motor fuerte, muy fuerte, pero cansado, muy cansado.
Amor, se merece descansar en Paz, ella, y nosotros. Rezo todos los días porque le depare el mejor de los finales y haré todo lo que esté en mis manos para que se sienta acompañada, segura y feliz, tanto ella como todos los que la queremos.

Ésto sólo es el principio.

Los días pasan... y con ellos pasa el tiempo. Su reloj de arena está dejando caer los últimos granos, y nosotros estaremos ahí para guardarlo a buen recaudo.

Abuela Inés, te queremos todos mucho y te echaremos tanto de menos...
Yo recordaré siempre tu buen humor, tu sentido de la familia y tu fuerza para luchar.
Descansa, Reina, que en el cielo te espera tu Amor.


... Ya veis que no tengo muy buenos días. Ni siquiera me salen las palabras. Pensé que lo estaba llevando mejor, pero el cansancio y los nervios están empezando a dejar huellas. Intento pensar en las cosas buenas que nos rodean, y eso es lo que me alivia un poco.
Este año se está llevando tantas cosas...
Gracias a todos los que estáis ahí, y perdonad estas "idas de olla". Pero sigo diciendo que el blog es una buena terapia...

Su vela se acaba de apagar. Desde las dos y media del día de hoy (6 de noviembre) tenemos un angelito nuevo en el cielo. Descansa en paz, abuela.

12 comentarios:

  1. Bueno, lo cierto es que fuimos unos privilegiados por tener abuelos durante tanto tiempo, así que ahora tenemos la obligación de despedirles con cariño y con valentía. PAsará este tiempo terrible antes de que te des cuenta, y tu nueva normalidad tendrá que ser sin ellos, pero con su recuerdo. Verás como no es tan difícil. Un beso.

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  2. Gracias, pesoleta. Pienso siempre en lo que me dijísteis en su día en casa de la abuela María. Soy privilegiada, lo sé. Ahora me toca empezar con las despedidas. Forma parte del "juego" y ahora nos toca esto. Es igual de difícil como de inevitable. Ley de vida, no???
    Biquiños...

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  3. Querida Leles. Todos sabemos que el tiempo pasa, que somos finitos, que algún día esto se acaba. Pero da igual que lo sepamos. Cuando llega el momento en el que intuyes la despedida, siempre hay dolor... siempre. Si no, malo. Significaría que no hemos amado.
    Te acompaño en estas días con mi cariño y mis oraciones. Luego... luego quedará el recuerdo que tú puedes tener porque has vivido junto a ellos. Y los recuerdos forman parte de una vida rica porque ellos son la mejor herencia.

    Un beso fuerte, con viento de levante.
    Descansa, preciosa...

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  4. Desde Barna te mando mucho cariño y ánimo. Como Ana, pienso que sois unas privilegiadas de contar cerca vuestro con abuelos y abuelas y haber podido disfrutar de ellos tanto tiempo. Tienes un montón de recuerdos con ellos, seguro, y eso es lo que cuenta, cuando ya no estén.
    Un besazo, Leles,

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  5. Yo tengo una situación parecida, pero son ya mis padres y no mis abuelos los que preparan el camino de vuelta. Aunque sea ley de vida, uno nunca se acostumbra a estas cosas. Ánimo. Un beso.

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  6. Cuenta con mis oraciones.

    Como ya te han dicho, quédate con la suerte de haberlos conocido y con lo vivido junto a ellos.

    Mucho ánimo

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  7. para esto no tengo palabras... lo siento...

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  8. Has tenido suerte de conocerlos.
    Ahora, guarda en tu bolsillo la navaja de tu abuelo, la brújula de tu abuela, el diario de tu padre o el libro de cuentos de tu madre.

    Te van a hacer falta para seguir el camino.
    Y encima..., te van a dar suerte.

    Seguro que nos dan suerte.

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  9. Hoy es un día que solemos celebrar en mi castillo, buen día para alcanzar el cielo. Un beso Leles, te acompaño en el sentimiento.

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  10. Lo siento, Leles.
    Un beso y un abrazo bien fuerte.

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  11. Te había dejado un comentario que ha desaparecido.

    Lo siento mucho, Leles,
    un beso y un abrazo bien fuerte,

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  12. GRACIAS A TODOS POR VUESTRAS MUESTRAS DE CARIÑO.

    GRACIAS

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