martes, 29 de noviembre de 2011

Oportunidades

Las chicas de pueblo no somos pueblerinas. Nunca me gustó ese término. Suena mal, pues siempre se usa en tono despectivo, y, lejos de eso, las chicas de pueblo somos mucho más civilizadas que muchas otras que se consideran "urbanitas".
Envidio, en el buen sentido de la palabra, muchas cosas de las chicas de las grandes ciudades, pero mi tierra no la cambio por nada. En ella nací, crecí y  (Dios me oiga y la economía me lo permita) espero morir. Aquí tengo una identidad. La gente me conoce por mi nombre, sabe de mis raíces y por ellas me trata. No soy ni un número, ni una sombra más en una larga lista de espera. Me siento más persona, y a mis vecinos los siento más cercanos, casi familiares.



No por ello soy una "pailana" que no entiende de arquitectura, ni de museos, ni de galerías de arte ni exposiciones. No soy una idiota que no sale de casa y no conoce el mundo que la rodea. Sé qué es una rotonda y una estación de tren (jajajajaja, se me acaba de ocurrir). Sé moverme en metro en cualquier ciudad del mundo (os lo aseguro), en aeropuertos (he estado en los más grandes del mundo y no me he perdido, incluso mi suegra no se pierde en un aeropuerto!!!). Conozco las últimas tecnologías (en algunas estoy puesta y otras no me interesan). Me gusta el cine. En Ourense también hay teatro, auditorio, y un montón de oferta cultural. 
Vivo en un pueblo y tengo inquietudes como todo hijo de vecino, por eso no me gusta que me subestimen, y menos por tener acento gallego.

No entiendo a la gente que nos etiqueta con la palabra pueblerinos. Nos tendrá envidia??. Además, las grandes ciudades están llenas de pueblerinos, pues no me creo yo que todos los que viven en Madrid (por ejemplo), sean madrileños (de los de Madrid de toda la vida).
A parte de vivir en una pequeña ciudad, yo vivo en una casa, con lo que gano en pueblerina, pero también en calidad de vida. Respiro todos los días aire puro y fresco. Escucho los pájaros por las mañanas (y algún gallo tocapelotas), también los grillos en las noches de verano. Desde mi casa se ven las estrellas, no existe contaminación que impida contemplar las constelaciones. Mi trabajo está a quince minutos de casa y a dos tengo a mis padres y a mis suegros.


A muchos les parecerá utópico, pero en casa (de mis suegros) tenemos nuestros propios productos de la huerta. Ni punto de comparación con los que se compran en el supermercado. Los tomates saben a tomates y los huevos colorean de naranja los deliciosos bizcochos caseros. Y eso no  hay ciudad, ni hipermercado, ni mastercard que me lo pague.
Os aseguro que es un placer vivir en una casa. Es un placer vivir en un pueblo.

Pero claro, todo tiene un precio. Y de ahí el título de mi entrada.

Soy consciente de que estoy renunciando a escalar profesionalmente por quedarme en mi tierra. Aquí no tengo Oportunidades como en una gran ciudad. Sé que una mujer con mi preparación y haciendo lo que yo hago (incluso menos), en una gran ciudad tiene muchas más posibilidades de promocionar y, hoy en día, estaría viviendo muy cómodamente. Pero no es así. Y no sólo es mi caso. En mi empresa ya no puedo escalar más, me siento un poco limitada y ahora mismo me dá incluso rabia ver que tanto esfuerzo se queda en nada. Me dicen que no me puedo quejar, que ya gano más que la media (pero es que la media en esta provincia es una mierda!!!). Busco la forma y sólo encuentro la salida fuera de mi ciudad. Soy consciente, repito, de este es el precio (caro) que debo de pagar por querer tanto a mi tierra, y de que aquí, nuestro trabajo, no se valora como lo valorarían en una gran ciudad. Aquí nos faltan Oportunidades, sobre todo para Avanzar.

Por ahora no me quejo. Vivo bien. Tengo una casa (hipotecada, eso sí). Tengo trabajo (que ya no es poco), y una familia adorable. Ahhhh!!!Y vivo en un pueblo. Alguien dá más!!.

Por cierto,  mi casa es la de la foto, si algún día pasáis delante de ella, no lo dudéis, parad que os invito a un café. Espero que con el tiempo esté todo ajardinado y acondicionado...

viernes, 25 de noviembre de 2011

Hoy voy a desconectar

Sí, sí. Hoy voy a desconectar.

Hoy me voy de cena con dos buenas amigas. Seremos sólo tres, pero fijo que llenamos el local... jajajaja.
A estas horas aún no tenemos clara ni la hora, ni el lugar y yo, ni el modelito. Lo único que sabemos es que nos lo vamos a pasar genial y que arreglaremos el país de cinco formas diferentes.

No buscamos fiesta, ni ruido, ni nada especial (igual sí). Simplemente nos queremos reunir, compartir una cena y "ponernos al día". A mí me vendrá de perlas, pues últimamente mi cabeza no anda muy bien (nunca mejor dicho) y no sé cómo agradecerles este huequecito que me hacen en sus vidas.

Son dos tías excepcionales, divertidas, inteligentes, guapetonas, currantas, madrazas... supermujeres, vamos!.
Nuestras vidas se cruzaron de casualidad y siendo absolutas desconocidas, pasaron a ser dos personas muy especiales para mí.

Yo, para ellas siempre seré la pirada que les llevó su primer antojo  al paritorio (para una en forma de kit-kat y para la otra en forma de pincho de jamón con queso... jajajaja). No preguntéis...

El caso es que esta noche, las estrellas, nuestras agendas y sobre todo, nuestros maridos (que se quedan de niñeros) se unen para que nosotras disfrutemos de unas horitas juntas.

Chicas, hoy desconectamos!!!!!. Así que, brindemos por un año más!!.



Y mañana... bufff, mañana será otro día y, seguramente nos despertará un beso con plus de babas de alguno de nuestros bebés.

martes, 22 de noviembre de 2011

Hijos... para echarse a temblar

Miro a mis hijos y me echo a temblar...

Ahora son dos pequeños "angelitos" que corretean por casa a sus anchas, monopolizando el salón con sus cuentos, pinturas, fichas, coches, princesas y películas de disney (seguro que los salones de las fotos de las revistas pertenecen a casas donde no hay niños a 500 metros a la redonda!!).


Dos delincuentes que tienen por costumbre cagar en el pañal recién puesto o soplar cuando están acabando con la última cucharada de yogur. Dos hermosas florecillas que dejan el baño reluciente porque no se sabe si hay más agua fuera o dentro de la bañera y que lloran a todo pulmón en medio de la noche porque, o no encuentran el chupete o la sombra del peluche gigante les dá miedo.
Y pienso  sueño con la hora en que se hagan un poquito más mayores. Cuando duerman a pierna suelta toooda la noche y sin necesidad de que yo me levante para comprobar que sí se han destapado. Sueño con ese día en que podamos salir de fin de semana sin que parezca que nos mudamos a Alemania. Pienso en cómo será ir a la compra sin tener que discutir y razonar el porqué no se compra todo lo que se nos antoja. Me regocijo ante al idea de poder tirarme en el sofá tranquila, sin llantos de fondo y con un silencio sepulcral. Donde ver una película a solas o en pareja sea un acto placentero.... una cena para dos... ummm.

Aaaaaayyyyy, qué gustazo sólo de pensarlo...

Pero miedo me dá.
Porque después, mucho me temo que todo irá a "peor".

¿Dónde estaban las neuronas cuando decidí tener hijos?, ¿porqué en las clases de preparación al parto no avisan de estas cosas?

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Hay algún médico en la sala?

No logro recordar con exactitud.
Se me olvidan las cosas o me cuesta recordarlas.
No me salen las palabras (por eso no escribo tanto).
En ocasiones estoy hablando y me bloqueo y no sé seguir.

Mi mente  piensa y está como vacía.
Cada vez tengo que hacer más anotaciones.
Necesito centrarme y me cuesta tanto...

No estoy triste (o eso pienso), ni me siento nerviosa (aunque me dope a valerianas).
Llevaba  meses con migrañas (casi a diario) y hace unos días que ya no me duele la cabeza (aunque sí que tengo el run run).

La semana pasada se me durmió el lado derecho de la cara junto con la mano.
Me hicieron una resonancia y según el radiólogo no hay ni tumores ni signos de que algo esté mal.
Suponen que sea el aurea de la migraña.

Dentro de un mes tengo cita con el neurólogo por la S.S. pero estoy pensando en acudir a alguna consulta privada.

Realmente estoy un poco preocupada.

¿Hay algún médico en la sala?

jueves, 10 de noviembre de 2011

Toma castaña!

Hoy es como un viernes para mí, pues mañana, en Ourense celebramos el San Martiño (San Martín) y casi el cien por cien de los habitantes estaremos haciendo nuestro peculiar magosto.


En casa este año nos reuniremos a comer con la pena aún muy reciente, así que, supongo que mañana será un día un tanto triste, lleno de recuerdos y de ausencias. Pero bueno, también es el santo de mi pequeño delincuente, así que se lo celebraremos, pues ya está bien de tantos disgustos!.

Los magostos son sinónimo de fiesta entre amigos y familia. Reunión alrededor de una hoguera, asando chorizos y castañas (el colesterol y los gases a cien!!), cantando y contando cuentos de la vieja. Vino, risas y caras pintadas con carbón. Monte, olor a mojado y botas humeantes al calor de la lumbre. Creo que recuerdo todos y cada uno de los magostos a los que he asistido, y de todos tengo un buen recuerdo... jejejejeje.

Ahora, con los años (y sobre todo con bebés) cambian las cosas y en vez de ir al monte con los amigos, preparas en casa una buena comida con los productos típicos del otoño y la disfrutas con los tuyos.

Mañana nos saltaremos la dieta (otra vez, ya he perdido la cuenta), comeremos al calor de la familia y brindaremos por nuestro magosto.

Así que... ¡Buen "fin de semana"!.

martes, 8 de noviembre de 2011

Tengo una hija bohemia

Después de este fin de semana de locos, de ir y venir, de acariciar y abrazar y, sobre todo de despedir, he vuelto a la "normalidad". Empieza la vida, otra vez, y nos debemos de acostumbrar a vivirla así. Duro pero real.

Estos "leñazos" nos enseñan muchas cosas, nos curten y nos acercan más, si cabe, a los nuestros. Tengo una familia política excepcional (la mía ya lo es de serie...). Es lo único que sé ( y no es porque sea mi familia.... jajajaja) y los quiero mucho más de lo que yo misma pensaba. También me he sentido muy arropada por mis vecinos y amigos, y me he quedado alucinada con todas las muestras de cariño y condolencias recibidas. Ahora tendré que devolver todo este cariño.

Pero bueno... ésto no es lo que hoy os quería contar...

... pues resulta que... tengo una hija bohemia!!!!...

Últimamente Sara está muy rara. Al principio me preocupé bastante, porque no es normal que un niño (sobre todo tan movido como lo es ella) se pare a pensar, se siente mirando al infinito y con cara de pena, quiera estar en el colito (regazo) más tiempo o (su última hazaña) se ponga a mirar por la ventana, apoyada con las manos en las mejillas, mirando al cielo y te diga que está viendo "la lus" (luz).
Os aseguro que me preocupé mucho. Pregunté en la guardería y no le notan nada raro, sigue siendo muy sociable y sigue jugando como lo hacía habitualmente. En casa también juega con su hermano como antes, aunque ahora le pegan esos arrebatos.

Pensé en qué le podría estar pasando, y supongo que ya lo sé. Estos días de caos familiar, en casa, estando con ellos, todos intentamos disimular lo acontecido. Jugábamos con ellos como lo hacemos de costumbre, procurábamos seguir con las rutinas diarias... pero, como no son tontos, de alguna manera, supongo, se dieron cuenta de que algo estaba pasando. Así que, Martín empezó a dormir fatal y Sara a estar pensativa, apagada y mimosa. 

Los ojos son el espejo del alma, e incluso los niños lo pueden apreciar.

Espero que sea éso y que mi hija se esté comportando así porque de alguna manera nos ve tristes (o por lo menos algo diferentes). No sé muy bien cómo actuar en estes casos. Seguiré jugando con ella como antes, colorear dibujos de otoño y bailar por el salón haciendo el tonto. Será bueno para ellos y, sobre todo para mí.

Y si sigue contemplando el cielo para ver la luz... la enseñaré a escribir para que se me haga poetisa!!!.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Soltando lastre... (editado)

Este último mes no está siendo nada fácil. Los días pasan y con ellos se van sus alientos. Pedacitos de vida se están esfumando por todas partes y con ellos, parte de nuestra alegría.
No sólo mi abuelo está malito. La abuela Inés (abuela de mi sufridor marido) está muy grave, aunque vive gracias a las máquinas a las que está conectada. Parece cierto esto de que las desgracias nunca vienen solas...

Ahora me queda rezar. Suplicar a mi Dios. Ése que cura mi dolor de pecho. El mismo que deshace los nudos perpetuos de garganta. El que me está dando fuerzas para salir a trabajar todas las mañanas y el que pone en mi rostro una sonrisa que disimula mis ojeras y mi dolor de corazón.

Me miro al espejo y veo en mis ojos el reflejo de mi alma. Veo unos ojos cansados, apagados, heridos y preocupados. Después te miro a tí, y no sé  qué hacer para curar tu pena.

Amor, su vela se está apagando. El cielo se empeña en que tengamos nuestros ángeles en lo más alto, y les va colocando sus alas.
Amor, es inevitable, ya, su muerte. No se puede hacer más, y ella, pobre, ya no puede más. Son muchos años. Un motor fuerte, muy fuerte, pero cansado, muy cansado.
Amor, se merece descansar en Paz, ella, y nosotros. Rezo todos los días porque le depare el mejor de los finales y haré todo lo que esté en mis manos para que se sienta acompañada, segura y feliz, tanto ella como todos los que la queremos.

Ésto sólo es el principio.

Los días pasan... y con ellos pasa el tiempo. Su reloj de arena está dejando caer los últimos granos, y nosotros estaremos ahí para guardarlo a buen recaudo.

Abuela Inés, te queremos todos mucho y te echaremos tanto de menos...
Yo recordaré siempre tu buen humor, tu sentido de la familia y tu fuerza para luchar.
Descansa, Reina, que en el cielo te espera tu Amor.


... Ya veis que no tengo muy buenos días. Ni siquiera me salen las palabras. Pensé que lo estaba llevando mejor, pero el cansancio y los nervios están empezando a dejar huellas. Intento pensar en las cosas buenas que nos rodean, y eso es lo que me alivia un poco.
Este año se está llevando tantas cosas...
Gracias a todos los que estáis ahí, y perdonad estas "idas de olla". Pero sigo diciendo que el blog es una buena terapia...

Su vela se acaba de apagar. Desde las dos y media del día de hoy (6 de noviembre) tenemos un angelito nuevo en el cielo. Descansa en paz, abuela.
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