Hace casi un año escribía ésto pensando en mis abuelos (más bien pensando en él, pues hacía unos días que celebraba su 77 cumpleaños). Hoy, lo leo y releo y no me puedo creer que ese final, esa despedida esté tan cerca.
Esta primavera teñida de negro hiere con sus rayos cálidos de sol. Ni el color de las flores, ni su aroma, ni la hermosura de mis plantas son capaces de arrancarme, ni un poquito, el invierno que llevo dentro.
No quiero ver, no quiero sentir. Me pican los ojos y me arde el corazón. Hoy no es mi mejor día.
No, hoy no es un buen día, tus oncólogos nos confirman lo que llevamos días palpando. No estás nada, pero que nada bien. Cuestión de semanas. Pocas (para matizar). Quieren arriesgar con otra quimio para alargarte la vida un par de meses, a lo sumo.
A veces tenemos que tomar decisiones que no son nada fáciles. Luchar por arrancarle unos días más a tu vida o rendirte y morir tranquilo. Yo no sé qué será mejor... o peor. No quiero verlo sufrir aunque éso sea lo que lo separe de mi.
Mañana la oncóloga quiere hablar conmigo. Creo que le voy a pedir ayuda. Para ti y para nosotros, y aunque no logre quitarme esta presión del pecho supongo que sabrá decirme cómo tengo que hacer para que sea más liviana. Qué difícil es despedirse así!!. Qué mierda de enfermedad ésta!!!!.
... ... ... ... ... ...
Llegó la primavera, cargada de flores, de colores... igual que tú, que llegaste a este mundo en un precioso día de primavera y que nos dejarás muy pronto, en un precioso día de primavera.
No seré capaz de contemplar la belleza de ese día, pero cuando vea una flor, cuando me huela a primavera, siempre me acordaré de ti.
Siento daros el coñazo con más de lo mismo... pero es lo que hay!!!... jjajajaja, además, el blog es mi terapia y por ahora nadie me prohibe escribir.
Biquiños...
Por cierto, el proyecto churro-tarta de Sara sigue en pie eh!!!. :-)